[Em] 30 de setiembre, la Iglesia Católica celebró la conmemoración de San Jerónimo, uno de los patronos de las bibliotecas. Suponemos que este patronazgo lo merece debido a su constante labor en las bibliotecas y archivos de su época; conocemos que en Belén de Judá, poseía Jerónimo una colosal biblioteca (pensemos que su vida transcurre en el siglo IV; que a sus instancias, el papa Dámaso, de quién fue secretario, inicia aquello que con el tiempo será la Biblioteca Vaticana, que en sus humildes comienzos, inicia sus actividades en la iglesia de San Lorenzo, en Roma.

Nacido en Dalmacia, alrededor del 342 (aproximadamente), en un lugar hoy desaparecido llamado Estridón. Estudia en Roma, durante el papado de Liberio. Luego recorre las Galias, en toda su extensión; se supone que fue un viaje netamente cultural. Viaja a Oriente, a Antioquía, pasando por Atenas. Retornará a Roma, afincadose definitivamente en Belén, en plana Tierra Santa.

San Jerónimo es el gran estudioso de la inicial Edad Media; habla diversas lenguas, especialmente las semíticas, lo cual le permite una mayor fluidez en la lectura de los textos sagrados, que con el devenir de los años, le permitirá desembocar en la traducción de los innumerables pergaminos, rollos y códices que componían la Biblia. A la versión del santo la conocemos en la actualidad como Biblia Vulgata.

En su vasta correspondencia conservada, podemos encontrar párrafos encantadores con respecto a la lectura y a las bibliotecas, por ejemplo estos, tomados de una carta a Eustoquia, fechada aproximadamente en el 384; allí dice: "... lee con mucha frecuencia y aprende lo mas posible. Que el sueño te encuentre con el códice en la mano..." (...) "... Emprendí mi viaje a Jerusalém, pero no podía desprenderme de mi biblioteca, que con extrema diligencia y trabajo, había formado en Roma..." En otras cartas, encontramos a Jerónimo convertido en el primer bibliógrafo de la cristiandad; así lo vemos en la carta a Paula, de agosto de 385; en esta larga misiva describe los títulos de las obras de Marco Terencio Varrón; menciona 519 libros, registrados por materia; dignos de ser mencionados son tres títulos dedicados a los derechos de autor; similar número dedica a escritos de Varrón sobre bibliotecas; otro autor de quien se encuentran mencionadas sus obras en la misma fuente es Orígenes, de quien menciona cientos de títulos.

En su obra "De viris illustribus", San Jerónimo nos entrega verdaderas bio-bibliografías de escritores del incipiente cristianismo. La obra realizada por encargo de Dextro, prefecto del pretorio, que convence al dálmata de la necesidad de demostrar a los paganos, que los cristianos no eran tan ignorantes, como se los calificaba en los cenáculos literarios de la época; así nos ha llegado la obra que comienza con el apóstol Pedro y termina con los escritos del propio Jerónimo hasta el año 392. A través de los datos de 135 escritores, a los que dedica un capítulo a cada uno, detallando vida y obra. Esta monumental obra se puede consultar en la edición de Migne, conocida como Patrología Latina. Las cartas del santo conocen diversas ediciones y comentaristas; una de las mas accesibles es la edición siguiente:

Cartas de San Jerónimo / introducción, versión y notas de Daniel Ruiz Bueno. - Madrid : La Editorial Católica, 1967. - 2 v.-(Biblioteca de Autores Cristianos ; 219-220) Edición bilingüe latina-español.

Se considera a San Jerónimo uno de los escritores mas eruditos del cristianismo medieval.

Nos queda de ejemplo digno de imitar, su enorme tarea de investigador, su amor por los libros y las bibliotecas, los cuales vemos a través de sus escritos.