BIBLIOTECAS, SOCIEDAD Y ESTADO


  • Relação entre as bibliotecas, as ações dos profissionais que nelas atuam e o estado.

LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DEL PERSONAL BIBLIOTECARIO

La «responsabilidad social» es un tema que ha venido preocupando a estudiosos de diferentes campos del conocimiento. Así que este asunto, como fenómeno de estudio, es analizado en diferentes disciplinas. Podemos afirmar que todas las personas que cultivan las diversas ciencias y practican las variadas profesiones están relacionadas, de una u otra manera, con esta naturaleza de responsabilidad. Por esta razón, los puntos de vista en relación con la responsabilidad social presentan varias perspectivas, es decir, cubren las esferas de: 1] las disciplinas o ciencias, 2] las organizaciones o instituciones y 3] los profesionales. 

 

El discurso sociológico en bibliotecología (library science) y/o biblioteconomía (librarianship) admite que la biblioteca, como entidad de servicio, se crea, desarrolla y consolida para apoyar las actividades de los diferentes grupos sociales de la comunidad, de la población, de la sociedad en general. Esta línea de pensamiento, cuya base cognoscitiva se formula sobre el nexo que existe entre «bibliotecas y sociedad», se asocia en cierto modo con la escuela filosófica del positivismo, creada por Auguste Comte, fundador de la sociología como disciplina. De esta epistemología florece la bibliotecología social, urdimbre disciplinal entre «bibliotecología y sociología», que aborda la compleja dimensión social de los lectores y usuarios, de los libros y las bibliotecas. Es en esta configuración que la bibliotecología es considera a partir del siglo XX como una ciencia social (Dick, 1995).  En este sentido, se reconoció desde entonces que “la bibliotecología como disciplina científica se relaciona con las ciencias sociales y utiliza los métodos de investigación que las caracterizan” (Chubaryan, 1976: 142)

 

Como ciencia social, la bibliotecología estudia, por ejemplo, las necesidades sociales de información que requieren los diversos grupos que conforman la sociedad, en general, y las comunidades, en particular. En esta esfera, la temática que alude sobre los «estudios del usuario de la información», respecto con su interés personal, se transforma y concretiza en «estudios de la comunidad», es decir, relacionados con el interés colectivo de los diversos grupos que constituyen la sociedad. Sentimientos y actos de aislamiento y egoísmo no deben ni pueden tener cabida entre quienes asumen el principio-valor de la responsabilidad social en la esfera del servicio de biblioteca, por un lado, y del servicio público de biblioteca, por el otro.

 

Asimismo, la idea de la biblioteca como institución social que se forjó y consolidó desde el siglo pasado (Martin, 1937; Kinell y Sturges, 1996) es posible enriquecerla en el siglo que transcurre con el pensamiento que concibe a la biblioteca como institución cívica (McCabe, 2001; Schull, 2004) o como centros de información cívica (Kranich, 2005/2006: 96). Perspectivas que aluden a valorizar a las bibliotecas como instituciones de uso y comportamiento público, valor prominente que las proyecta como un lugar de experiencias comunes (Schull, 2004: 64). Por lo tanto, estos enfoques nos pueden ayudar a fundamentar, entender y defender mejor el principio y el valor de la responsabilidad social entre el personal bibliotecario. Cabe decir que en Italia la expresión de «biblioteca cívica» es más habitual que la de «biblioteca pubblica» o «biblioteca comunale». Consecuentemente lo cívico denota, en la esfera del servicio de biblioteca pública, una prestación de, por y para la ciudadanía, y con la finalidad de que ésta se comporte con civilidad; con cultura política impregnada de civismo. Ethos cívico del cual no debe mantenerse al margen el personal que atiende los sistemas bibliotecarios escolares, académicos, especializados, estatales y nacionales. Desde esta gran arista, el personal bibliotecario al servicio de la nación se constituye en un ser colectivo responsable, es decir, en un sujeto moral con perspectiva colectiva.

 

En el marco reflexivo de la biblioteconomía cívica se fundamenta 1] la idea del papel cívico de la biblioteca pública, 2] el concepto de «biblioteca cívica», 3] la noción de «bibliotecario cívico» y 4] la gestión de «servicios de biblioteca cívica» (Schull, 2004). En concordancia con este discurso, es viable orientar, impulsar y renovar hoy en día el compromiso que infiere la valorización de la responsabilidad social por parte del personal que hace funcionar no solamente las bibliotecas latinoamericanas de carácter público, sino también de otros tipos como las bibliotecas escolares, universitarias, especializadas y nacionales diseminadas en esta parte del mundo. En esta contextura, la misión social de las instituciones bibliotecarias en nuestra región se tiene que configurar como una misión cívica, además de vincularse estrechamente con la tradicional misión cultural que goza también de respeto y universalidad. Así, la biblioteconomía cívica tiene la posibilidad de dotar de amplios puntos de vista y de profundos argumentos; de aportar fulgor y proporcionar claves positivas en cuanto a responsabilidad social se refiere.

 

Desde este punto de vista, se trata de desarrollar un modelo de participación ciudadana para el siglo que transcurre (Schull, 2004), y así lograr un papel activo de las bibliotecas y su personal profesional en lo que implica construcción de comunidad (Willingham, 2008). Son tiempos en que el personal bibliotecario de América Latina debe (re)considerar que las bibliotecas, en general, y las bibliotecas públicas, en particular, pueden y deben continuar desempeñando el papel de guardianes en lo relativo al derecho que tiene el pueblo de acceder al recurso que genera conocimiento: la información, registrada y organizada. El poder de discernimiento, juicio, crítica, discurso y debate entre la ciudadanía es inviable sin este bien público.

 

La responsabilidad social del personal bibliotecario contrae un compromiso ético-social con la colectividad, observando al individuo como un sujeto social que requiere del servicio de biblioteca para lograr que éste sea útil a la comunidad que pertenece. La misión de la institución bibliotecaria, desde esta perspectiva, se expande para considerar al usuario como ente social. En el marco de esta postura filosófica los derechos de la sociedad, en el campo bibliotecario, contrastan con los derechos de los individuos. El personal bibliotecario debe saber que tiene una significativa misión cívico-social que cumplir. Es decir, debe observar este personal las relaciones biblioteca-lector y biblioteca-usuario como un fenómeno de satisfacción social, necesarias para construir comunidad, como acontece en la esfera de las bibliotecas públicas que se hallan en otras latitudes (Scott, 2011; Scott, 2011a). Premisa que también debe configurarse en el entorno de otros tipos de bibliotecas, pues todas funcionan en relación con el servicio que prestan a sus determinadas comunidades. En razón de este punto de vista, el personal aludido debe contemplar en su trabajo, como asunto relevante de responsabilidad social, el compromiso cívico que implica actuar conforme a derechos y obligaciones. Designio válido también para quienes conforman las comunidades de lectores y usuarios.

 

En relación con las actividades que realiza, la responsabilidad técnico-administrativa de este personal está subordinada a su responsabilidad que contrae con la sociedad. La supremacía de lo cívico-social en materia de trabajo bibliotecario se orienta con el principio de que el todo es primero que la parte; se basa en la contraposición del interés colectivo al interés individual. Existe así una prioridad axiológica de la comunidad con respecto a la tendencia individualista que no concuerda con el criterio que entraña colectividad.

 

 

Referencias

 

Chubaryan, O. S. (1976). Library science in the system of sciences. En D, J, Foskett ed. Reader in comparative librarianship (pp. 141-148). Engelwood, Colorado: Information Handling Services.

 

Dick, A. L. (1995). Library and information science as a social science: neutral and normative conceptions. The Library Quarterly: Information, Community, Policy. 65(2), 216-235

 

Kinell, M. y Sturges, P, Eds. (1996). Continuity and innovation in the public library:the development of a social institution. London: Library Association.

 

Kranich, N. (2005). Civic partnerships. Resource Sharing & Information Networks. 18(1-2), 89-103

 

Martin, L. (1937). The American public library as a social institution. The Library Quarterly: Information, Community, Policy.7(4), 546-563

 

McCabe, R. (2001). Civic librarianship: renewing the social mission of the public library. Lanham, Maryland: The Scarecrow Press.

 

Schull, D. (2004). The civil library: a model for 21st century participation. Advances in Librarianship. 28, 55-81

 

Scott, R. (2011). The role of public libraries in community building. Public Library Quarterly. 30(3), 191-227.

 

Scott, R. (2011a). Strategies that public libraries use to build communities. Public Library Quarterly. 30(4), 307-346.


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FELIPE MENESES TELLO

Cursó la Licenciatura en Bibliotecología y la Maestría en Bibliotecología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Doctor en Bibliotecología y Estudios de la Información por la (UNAM). Actualmente es profesor definitivo de asignatura en el Colegio de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Letras de UNAM. En la licenciatura imparte las cátedras «Fundamentos de Servicios de Información« y «Servicios Bibliotecarios y de Información» con una perspectiva social y política. Asimismo, imparte en el programa de la Maestría en Bibliotecología y Estudios de la Información de esa facultad el seminario «Servicios Bibliotecarios para Comunidades Multiculturales». Es coordinador de la Biblioteca del Instituto de Matemáticas de esa universidad y fundador del Círculo de Estudios sobre Bibliotecología Política y Social (2000-2008) y fue responsable del Correo BiblioPolítico que publicó en varias listas de discusión entre 2000-2010. Creó y administra la página «Ateneo de Bibliotecología Social y Política» en Facebook.