BIBLIOTECAS, SOCIEDAD Y ESTADO


  • Relação entre as bibliotecas, as ações dos profissionais que nelas atuam e o estado.

EL PARADIGMA SOCIAL DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA - III

Los estudios y análisis sociológicos en torno a la bibliotecología tienen poco tiempo si consideramos que en los Estados Unidos “la biblioteca solamente ha sido reconocida como entidad sociológica durante la última mitad del siglo” (Shera, 1972, p. 316) y en otros países, como los latinoamericanos, esos estudios tienen menos tiempo al privilegiar principalmente la enseñanza y la investigación sobre aspectos técnico-administrativos. No obstante, en estos cuadrantes epistemológicos las bibliotecas públicas han sido uno de los principales objetos de estudio de la investigación con perfil sociológico. Una de las mejores interpretaciones sociológicas de la biblioteca pública, en términos de conceptos aceptados por la ciencia social (Egan, 1955, p. 15) data de hace más de setenta años. En efecto, en esa apreciación el autor trató temas fundamentales tales como: la naturaleza social, las funciones sociales, los orígenes sociales, el cambio social y los valores sociales de la biblioteca pública (Martin, 1937). 

 

Resulta relevante, desde otro ángulo, reconocer que el artículo «bibliotecas» esté registrado en la International enciclopedia of the social sciences (Shera, 1972, p. 301); que el concepto de «biblioteca pública», como expresión bibliotecológica, se considere oportuno incluirlo en un Diccionario de Sociología, en el que se define a esta institución como la que es “costeada con fondos públicos y que se halla gratuitamente al servicio de toda la población” (Fairchild, 1987, p. 24). Si bien estos términos, el simple y el compuesto, no son propiamente conceptos sociológicos, estas referencias y el presente paradigma social nos orientan, asimismo, para afirmar que las palabras “biblioteca(s)” y “biblioteca(s) pública(s)” sí son susceptibles de valoraciones de tal naturaleza. El estudio sociológico de Lloyd V. Ballard (1936, p. 227)  en torno a esta institución bibliotecaria en su obra Social institutions es también un ejemplo claro al respecto.

 

En el siglo XXI se han estado ampliando y profundizando los tópicos sociológicos de nuestro objeto de estudio. Esta institución bibliotecaria, como ente de servicio público, es considerada así un bien social en tanto que es un bien público, por ende, es un bien de utilidad pública (Traniello, 2005, p. 47). Los valores de utilidad pública y utilidad social son correlativos en la esfera público-social de este tipo de biblioteca que se caracteriza por ser un servicio público gratuito. De tal modo que:

 

La noción de bien público es esencial para el concepto de una biblioteca pública. Ya en el siglo XVIII, la democracia se consideró necesaria para cumplir con ese bien. Así, las bibliotecas públicas modernas fueron originalmente concebidas como servicio al bien público mediante la promoción de la democracia y la educación civil. (D’Angelo, 2006, p. 11)

 

Y el hecho que las instituciones bibliotecarias de perfil público tengan un reconocido origen social y que satisfagan necesidades sociales de una gran diversidad de grupos que constituyen la sociedad, se requiere subrayar de qué manera ellas, a través de los años, han venido contribuyendo con sus colecciones y servicios en la construcción social de la comunidad. Así, se contempla que las bibliotecas públicas:

 

1. Sirven de conducto para acceder a la información con el fin de aprender

2. Promueven la inclusión social y la equidad

3. Fomentan la participación cívica

4. Crean un puente a los recursos y la participación de la comunidad, y

5. Crean la vitalidad económica de la comunidad (Scott, 2011, p. 197)

 

Por lo expresado hasta aquí, concordamos en que estas bibliotecas generales ayudan a generar el elemento esencial que requiere la democracia como forma de vida, de gobierno y de Estado: una ciudadanía educada e informada. Esta proyección social la destacó de manera inobjetable el profesor emérito de sociología Lloyd V. Ballard al escribir:

 

La biblioteca pública, entonces, se convierte en una unidad educativa coordinada con la escuela pública. En los países organizados en los principios democráticos, es obvio, que un electorado inteligente sea esencial para el éxito del gobierno. Una ciudadanía inteligente, sin embargo, sólo se puede asegurar cuando el conocimiento contenido en libros y revistas es universalmente accesible. En general, esta es la función de la biblioteca para facilitar la página impresa en el cumplimiento de su misión. (Ballard, 1936, p. 236).

 

Función social que este autor matiza al explicar el prisma de funciones sociales que, a su juicio, desempeñan las bibliotecas públicas en el marco de una sociedad democrática, a saber:

 

1. Conserva la herencia social. En los estantes de la biblioteca se guardan la sabiduría y la experiencia registrada de la humanidad.

2. Distribuye información. La biblioteca pública moderna supone también un papel activo como distribuidor de la información.

3. Selecciona material educativo. En su selección de libros, la biblioteca pública debe considerar las necesidades y deseos de la comunidad.

4. Guía la lectura. Esta biblioteca ofrece materiales de lectura que la comunidad puede utilizar en el desarrollo y enriquecimiento de su vida colectiva e individual.

5. Desarrolla la homogeneidad social. La biblioteca pública puede ayudar a entender los valores comunes a través de la difusión del conocimiento de éstos entre la población de procedencia o filiación extranjera.

6. Proporciona recreación intelectual. Dado que el uso del tiempo libre es un problema social, la biblioteca pública ofrece oportunidades ilimitadas para el uso creativo del ocio, haciendo posible así la recreación intelectual.

7. Produce herramientas intelectuales. La biblioteca pública como productora de boletines y catálogos bibliográficos, facilita su funcionamiento haciéndola accesible para el público.

8. Proporciona laboratorios para la investigación. Esta biblioteca ayuda al estudiante sugiriéndole interesantes estudios literarios y científicos con significado social; proporciona información a diversos profesionales cuyo trabajo guarda íntima relación con el bienestar y el progreso de las personas.

9. Promueve la interacción social. A través de los peculiares servicios de extensión, la biblioteca pública se ha convertido en centro social e intelectual para aquellos que buscan la recreación y el buen compañerismo entre sí por medio de los acervos y servicios que ofrece. (Ballard, 1936, pp. 236-239).

 

Al considerar estas funciones sociales de las bibliotecas públicas se clarifica por completo la idea de que la biblioteca es, en efecto, una institución social de contenido profundo y no una morada simple de acervos bibliográficos (Ballard, 1936, p. 239), aislada o al margen de la sociedad. Estas instituciones bibliotecarias satisfacen así el dominio de las necesidades sociales de información, educación y recreación. La satisfacción de estas necesidades permite hacer efectivo en la práctica el espacio de libertad que implica el acceso libre a las colecciones y salas de lectura y el usufructo gratuito de los acervos, servicios y recursos complementarios que brindan dichas bibliotecas a la población en general.

 

Biblioteca y sociedad en general, y biblioteca pública y sociedad en particular, no pueden ignorarse porque la biblioteca, en términos generales y específicos, es una institución social. Lo es, primero porque quienes la hacen funcionar, los bibliotecarios, son seres sociales; segundo porque éstos son un puente, un lazo de unión entre los autores y los usuarios, todos ellos miembros de la sociedad; y tercero porque el obrar bibliotecario afecta a individuos y grupos sociales contribuyendo así al análisis y estudio de conceptos, ideas, temas, corrientes y valores; es decir, la biblioteca es una institución social que con los acervos bibliográficos que contiene y los servicios bibliotecarios que ofrece satisface necesidades humanas vitales mediante el acceso a sus acervos y el uso de sus servicios. De tal modo que la actividad bibliotecaria pública es una actividad humana social y, por ende, esencial. 

 

 

Referencias

 

Ballard, Lloyd Vernor. (1936). The public library. En: Social Institutions. New York: Appleton-Century. 227-251

 

D’Angelo, Ed. (2006). Barbarians at the gates of the public library: how postmodern consumer capitalism threatens democracy, civil education and the public good. Duluth, minnesota : Library Juice Press.

 

Egan, Margaret. (1955). The library and social structure. Library Quarterly. 25 (1): 15-22

 

Fairchild, Henry Pratt (Ed.). (1987). Diccionario de sociología. México, Fondo de Cultura Económica.

 

Martin, Lowell. (1937). The American public library as a social institution. En: Library Quarterly. 7 (4): 546-563

 

Scott, Rachel. The role of public libraries in community building. Public Library Quarterly. 30 (3) (2011): 191-227

 

Shera, Jesse H. (1972). Libraries. En: International enciclopedia of the social sciences. Vol. 7. New York: The Macmillan Company. pp.314-317

 

Traniello, Paolo. (2005). Biblioteche e società. Bologna : Il mulino.


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FELIPE MENESES TELLO

Cursó la Licenciatura en Bibliotecología y la Maestría en Bibliotecología en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Doctor en Bibliotecología y Estudios de la Información por la (UNAM). Actualmente es profesor definitivo de asignatura en el Colegio de Bibliotecología de la Facultad de Filosofía y Letras de UNAM. En la licenciatura imparte las cátedras «Fundamentos de Servicios de Información« y «Servicios Bibliotecarios y de Información» con una perspectiva social y política. Asimismo, imparte en el programa de la Maestría en Bibliotecología y Estudios de la Información de esa facultad el seminario «Servicios Bibliotecarios para Comunidades Multiculturales». Es coordinador de la Biblioteca del Instituto de Matemáticas de esa universidad y fundador del Círculo de Estudios sobre Bibliotecología Política y Social (2000-2008) y fue responsable del Correo BiblioPolítico que publicó en varias listas de discusión entre 2000-2010. Creó y administra la página «Ateneo de Bibliotecología Social y Política» en Facebook.